El miedo escénico que tiene mucha gente cuando se dirige a una audiencia o habla en público es parte de nuestro día a día,  generando inseguridades y sobre todo ante el temor de hacer el ridículo.
En el presente artículo vamos a hablar de “consejor” para que podemos llegar a poder vencer ese miedo escénico a hablar en público.

La comunicación tanto hablada como escrita es parte indiscutible e importantísima de nuestro día a día en el ámbito personal o profesional. En algún momento tenemos que hablar en público, es inevitable, mucho recordamos el trauma que sufríamos cada vez que había un examen verbal, como incluso exponer un trabajo frente a compañeros se hace una labor algunas veces imposible.

Hablar en público, aún en el mundo de la comunicación virtual o el teletrabajo, es una práctica muy habitual y para mucha gente un reto a superar. Un buen orador siempre tendrá una ventaja competitiva frente a los demás e incluso a través de un buen lenguaje bien estructurado puede ser una herramienta indiscutible a la hora de influir en la comunidad. Quien no puede pensar el importancia que tiene la comunicación verbal para un vendedor por ejemplo.

Capacidad de poder hablar en público, es una herramienta fundamental para todos los profesionales y especialmente aquellos como pueden ser los vendedores o los especialistas en recursos humanos, que a menudo se tienen que dirigir a otras personas. ¿Alguien podría pensar que un profesor o maestro no sepa hablar y dirigirse a sus alumnos?.

“Sí un vendedor puede expresarse de una forma correcta ante un cliente siempre tendrá mayor posibilidad de poder vender sus productos”.

Como casi todos las situaciones adversas que nos enfrentamos todos los días, una buena oratoria se puede crear a través de un entrenamiento y no es necesario que tengamos dicha habilidad de una forma natural. Existe desde luego muy arraigado un concepto de ridículo que en algunos momentos incluso puede ser exagerado, esta forma de ser es la principal causa que nos impiden tener una correcta oratoria, hacer caso de tener que hablar en inglés y el miedo a equivocarnos o pronuncia armar una palabra frente a los demás nos coarta de hablar correctamente.

Venciendo nuestros miedos

Vamos a desarrollar una serie de pautas sencillas y lógicas para vencer esos miedos o vergüenza que tenemos de hablar en público.

  1. Saber gestionar las críticas
    Uno de los primeros miedos que tenemos a la hora de hablar en público es que pensamos que todo el mundo nos está observando y a su vez está criticando todos los aspectos en que estamos involucrados, desde la forma de vestir hasta las palabras que estoy utilizar.Tenemos desde luego en mente un miedo natural hacia lo que opinen los demás. Para vencer este aspecto es muy importante que trabajemos con nuestra autoestima la cual mal gestionada conduce a que no podemos asumir las críticas de los demás hacia nosotros mismos.
  2. Temor al error
    Los miedos se ven sobre todo expuestos en el momento que tenemos inseguridad en lo que decimos, que pensemos que una palabra mal dicha o mal expuesta en un momento determinado puede acabar con toda nuesra reputación. Nos da vergüenza equivocarnos.
    La solución es muy sencilla, la seguridad es clave, sí perdemos el miedo a la equivocación y por el contrario si se produce que asumimos como natural el error y incluso, podemos reírnos de dicho error vamos a producir sobre nosotros un sentido de seguridad y dejar los temores a la vergüenza o crítica de los demás.
  3. Claridad en los mensajes
    Existen muchos profesores que después de 30 años en la docencia aún tienen miedo escénico. Es una realidad, pero también en que muchas de las equivocaciones que tenemos a la hora de hablar en público son por nuestra causa. Uno de los principales errores que tenemos es el de hablar hacia los demás sin tener claro lo que vamos a decir y lo que es más importante sin tener claro los objetivos, las formas y la estructura de nuestro mensaje.
    Interiorizar la comunicación, con un esquema claro del contenido es fundamental a la hora de tener éxito en la conversación. Por ejemplo cuando un vendedor se enfrenta con un cliente, la primera lección es tener mucha claridad en el mensaje, conocer perfectamente el producto que va a vender y transmitir de una forma precisa los objetivos de la venta.
  4. Interactuar con la audiencia
    Volviendo al ejemplo de los profesores, después de muchos años en el mundo de educación, todos ellos sin lugar a dudas comentan que lo más importante de la comunicación es conocer a los alumnos. Es importante que el orador, el comunicador, el ponente, puedan llegar interactuar con la audiencia y dejar que la misma en el caso de que tenga alguna duda pueda preguntarle, que aspectos de la ponencia o de la conversación no han sido lo suficientemente claros.
    Volviendo ejemplo del vendedor, siempre pregunta a su cliente sí ha entendido cuales he sentido la oferta comercial que estás poniendo o sí tiene alguna duda que puedan aclararle, es fundamental para dicho vendedor conocer el punto de vista de su cliente.
  5. La importancia de las emociones
    Uno dos problemas que existen en las conferencias virtuales es expresar nuestras emociones, si el ponente estará muy nervioso o por el contrario muy positivo. En muchas conferencias de motivación, el ponente debe transmitir sentimientos o la audiencia, no estamos hablando sólo del mensaje, sino que él mismo va de acompañado de emociones y sentimientos. Es realmente este último punto lo que va a diferenciar a un buen orador de un mal orador.
    Imagínense, por ejemplo, un político en que es único afán para no equivocarse es tener un mensaje que esta escrito, sin lugar a dudas ha cumplido su fin que es dar un mensaje, la pregunta es si la gente ha recibido dicho mensaje, lo ha entendido y lo que es más importante, se está de acuerdo con dicho mensaje y va a votar al político.
    Las emociones se contagian de la misma forma que se puede contagiar el entusiasmo o un carácter pesimista negativo del orador, en todo discurso no sólo hay que añadir ganas sino hay que poner ilusión, interés por la audiencia y ganas de convencer.
    En estos casos es muy importante que el orador siempre demostrar entusiasmo y vocación en todos los aspectos de la conversación.
  6. Gestión de los riesgos
    Siempre para imprevistos, siempre existe fallos, los errores aparecen a menudo, está presente ese temor hacer el ridículo, lo inesperado.
    Existe un sinfín de causas que pueden surgir a la hora de tener una conversación en público, la mayoría de las mismas puede ser fortuitas dependiendo de la situación, puede ser provocadas por algo insospechado, pero siempre están latentes de que puedan surgir.
    En estos casos, es la personalidad del orador la que quede en cualquier momento poder gestionar la situación. Optimismo, humor, seriedad, etc. son parte de las cualidades que debe de tener un orador a la hora de poder gestionar los riesgos. Todas las escuelas de negocio y los especialistas en recursos humanos destacan que para llegar a tener hoy en día una capacidad de liderazgo es muy importante poder comunicarse con los demás y en este caso no saber gestionar los riesgos que puede conllevar problemas ocurridos en la comunicación.

En términos generales podemos concluir que todos nosotros podemos llegar a ser buenos oradores, lo suficiente como para poder conseguir nuestros objetivos a través de la comunicación verbal, pero como telón de fondo al artículo el consejo más importante es que la práctica en la conversación hacia los demás orden público es la clave para superar nuestros miedos.

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